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viernes, 23 de diciembre de 2011

EL DOMINIO DE LA RESPIRACION

El qigong propone varios métodos para dominar la energía a través de la respiración. Hay 8 formas básicas de practicar los ejercicios respiratorios: respiración natural, de limpieza, de tortuga, alternada, profunda natural,  prolongada y prenatal.

Los ejercicios de qigong se inician haciendo uso del yin (esencia) que es convertido en qi (aliento) cuya purificación da lugar al sheng (energía espiritual) que en la tercera etapa se sublima para retomar a la vacuidad shu. De este modo, el qigong ayuda a que la energía fluya por todos los canales, estimulando el funcionamiento del organismo. La teoría general de la filosofía china dice que toda manifestación de vida está regida por la ley del ritmo a dos tiempos: yin y yang.

Lo que hace el qigong es activar la circulación del qi (energía)  por los jing (canales), y ésta circula continuamente y en el mismo sentido de un canal yin a un canal yang. Existen ocho canales maravillosos y doce principales. Mediante el qigong se unen los canales maravillosos que son el vaso cogobernador y el vaso concepción, y que se encuentran separados. Cuando se unen, gracias a la respiración qigong, dan lugar a una circulación en forma de anillo llamada pequeña circulación celeste u órbita microcósmica, que es la base de todo trabajo para fortificar el qi.


Hasta aquí la explicación textual tomada literalmente de las aplicaciones orientales. Todo esto, que para un occidental puede parecer ni más ni menos que chino básico, ya ha sido comprobado en cierto modo por la ciencia moderna que, incluso, corroboró los efectos de una buena respiración: se sabe que la fricción del aire contra las mucosas nasales activa la hipófisis, epífisis, tiroides y otras glándulas, lo que se traduce como un mejoramiento o desaparición de síntomas de vértigo, zumbidos, cólera, timidez, mala digestión, pérdida de memoria, palpitaciones e insomnio.